Lunes 9 de Febrero, 12:30 a.m.
"¡¡Corre, corre que no llegamos!!" Pasillos, escaleras, puertas y... tren de la T4... "Correeeeeee" escaleras, pasillos, control de pasaportes y... le preguntamos a una señorita que parecía entender del tema: "¡Que paren ese avión! ¿han cerrado ya esas puertas? ¡Tenemos que entrar!"
"No, aun no han empezado a llamar a los pasajeros..."
Bufff... Vaya comienzo, si que corrimos esa mañana. En cualquier caso ese no fue el avión que perdimos. Despues de esperar en Londres un par de horas, comiendo, y haciendo el gamberro con un carro (que nos quitó una amable señorita con el pretexto de no estar permitidos en la terminal...), nos embarcamos en un avión que nos llevaría a L.A.
¡Ese si que fué un vuelo que contar! Fuimos los unicos pasajeros de clase turista a los que nos obligaron a berber cava, cava y mas cava... vino del mejor que puede llevar un avión y encima nos hicieron un montón de regalos. He de admitir que la tripulación sufrió un enamoramiento repentino nada mas vernos y nos agasajaron todo lo que pudieron... y más.
Lástima que fueran todos HOMBRES!!!
En L.A. solo estuvimos 2 horas, pero aún así nos tomaron las huellas dactilares de los 5 dedos, de cada mano... asistimos una pequeña pero hostil entrevista, y por si fuera poco, nos hicieron una foto... ¡Madre mía, saben más de nosotros que nuestro propio país!
Qué más os podemos contar a parte de que despues de 38 horas de estar metidos en una lata estás destrozado.
Por fin llegamos a Auckland y pudimos pisar suelo Neozelandes pero... efectivamente, perdimos el vuelo que nos llevaba a Christchurch y tuvimos que esperar al siguiente avión. No pasó nada, solo que tardamos mas en llegar y Tracy nos tuvo que esperar para podernos venir a buscar al aeropuerto.
Fotos: Jet Lag en Auckland, Muelle de Christchurch, Mapa de la Isla Sur

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