Las Tentaciones...

15- 22 de Mayo

Pasamos la noche en Nelson antes de continuar nuestro camino hacia Chritchurch. Desde que terminamos el Inland Track no había hecho más que llover en Golden Bay y Nelson. Esa noche fuimos al cine, es una experiencia trepidante ponerse delante de la pantalla grande después de 8 días más sin personas, música o pantallas. La película no fue gran cosa, Lobezno... pero en aquel momento no tuvo ninguna importancia, la disfrutamos como niños.

A la mañana siguiente antes de llegar a Kaikoura salió el sol y volvimos a ver aquella solitaria caravana frente al mar. En ella se leían dos palabras "Cay´s Crays" que hicieron prender una tenue pero intensa luz en nuestra mente... No pudimos frenar el impulso de bajar del coche, acercarnos a la ventana y sentarnos al sol, frente al mar para disfrutar de una jugosa langosta recién cogida. ¡Madre del amor hermoso! ¡Qué delicia! Era un poco pronto para comer pero... a cambio era perfecto...

Llegamos a CHCH pasada la hora de comer... 6 horas para poco más de 300km... sorprendentemente hacía un sol radiante y no hacía frío ¿se habría roto el maleficio sobre esta ciudad? Aparentemente así fue durante un tiempo. Desde el viernes que llegamos hasta el lunes ha hecho un tiempo magnífico...

El mismo día que llegamos estábamos invitados a una fiesta de disfraces en casa de Laura y Tracy. La fiesta se celebraba por la marcha de su compañero de piso, Scott, y el hecho de que se quedaban ellos con la casa. Fue muy, muy divertido. Nos disfrazamos de estrellas del Rock, Miguel de Robert Smith y Carlos de George Michael... pero por allí había de todo: David Bowie, Tina Turner, Prince, Madonna, Angus Young... Hasta Boy George.

Un buen día andando por Manchester Street decidimos entrar en el Rock Shop, una tienda de instrumentos, para echar un vistazo. La rutina habitual, porque allá donde vamos además de andar visitamos todas las tiendas de instrumentos que pueda haber, grandes y pequeñas. Nos llamó la atención una guitarra que estaba en el escaparate... no estábamos familiarizados con la marca, hmm... habría que preguntar.

El Rockshop es una tienda muy grande, con infinidad de guitarras y bajos, instrumentos de percusión, baterías, amplis, libros y demás accesorios... está muy bien la verdad... te dejan probarlo todo, como no y siempre hay algún vendedor queriendo hacerte alguna demostración con una guitarra o lo que sea... Esta vez nos abordó un personaje bastante curioso. Como ya sabeis tenemos un imán que atrae a los "poco cuerdos", y éste no se quedaba corto. Eddie, un hombre bajito y regordete, mal afeitado y sin un solo pelo por encima de las cejas contaba sus 50 años aunque parecía un chaval. Eddie es una de esas personas que no puede callarse ni debajo del agua... un bocazas, vamos. Nos contó su vida en prosa y en verso, sus problemas conyugales, el reciente fallecimiento de su madre, qué guitarras tenía y cuales tuvo, donde vivía, a qué congregación religiosa pertenecía y qué cosas hacía por su comunidad cristiana... en fin, nos soltó toda una disertación de la que nos sentíamos incapaces de rehuir. No obstante resultó ser un contacto bastante útil.

El Lunes volvimos a ir a la tienda para informarnos bien acerca de la guitarra que vimos el Sábado en el escaparate. Se trataba de una Cole Clark, una Hollow Culprit con forma de Telecaster. La sacamos de su prisión de cristal, la admiramos, Eddie la tocó y la tocamos nosotros. Es una GUITARRA con mayúsculas, ligera, rápida, suave y versatil. Tiene una configuración de pastillas diferente a la de la Tele y un sonido bastante más complejo, por lo visto Cole Clark hace sus propias pastillas y eso se nota. Nos cautivó la calidad de su acabado, su infinito sustain y la facilidad de tocar esta guitarra de buotique. Lleva unos clavijeros grover de lo mejorcito y unas cuerdas (.46 -.10) y a diferencia de la Tele tiene 4 posiciones en vez de las tres habituales para poder sacarle todo el rendimiento a las pastillas. Ni un solo ruido, ni zumbido... perfecta.

Pocas guitarras te cautivan de esta manera... lo demás lo podréis imaginar sin dificultad... echar cuentas, buscar un descuento, un regalito, lo que sea, pagar irse y tocar con una sonrisita en la cara... Mi Culprit es la 000175 lo cual quiere decir que es un número muy bonito y os garantizo que esta marca tiene más futuro que presente. Jack Johnson, Ben Harper y todos estos estrellados las tocan y ellos mismos están invirtiendo cantidades millonarias en la marca. Me ha costado encontrarla en la web puesto que aún no la tienen colgada en la página de Cole Clark, y es que apenas lleva 3 semanas en Nueva Zelanda y la presentación de la guitarra es el 10 de Junio. Cole Clark es una marca australiana, por cierto.

Bueno os cuelgo una fotillo ;)

Si tenéis la ocasión de probar una no lo dudéis, pero dejad la cartera en casa u os la llevaréis bajo el brazo... ¡cuidado!

Ayer día 21 de Mayo nos comimos la primera tortilla de patata en Nueva Zelanda, en casa de Carlos y de Chiqui... mmm... qué maravilla y qué nostalgia.

Fotos: Langosta, Cole Clark, Birdy, Moas

Abel Tasman: Inland Track

9 - 12 de Mayo

Debíamos esperar hasta las 15:00 para poder cruzar el estuario del río. La marea crece tanto que donde a las 15:00 no habrá nada, ahora tiene 2 metros de agua y sería incruzable... sobretodo cuando llevas a la espalda una mochila como las nuestras. La marea baja rápido es impresionante. A su paso deja al descubierto una multitud de invertebrados que huyen despavoridos de los picos de las voraces gaviotas y pájaros "PI" (Los oistercatchers hacen un ruido muy gracioso).

Nosotros sabíamos que debíamos esperar el tiempo que fuera necesario. Ser imprudente en estas circunstancias te puede jugar una mala pasada e incluso costarte la vida... un precio demasiado alto por ser impaciente. No obstante hay gente para todo y en torno a las 13:00 unas chicas intentaron cruzar al otro lado... El estuario es muy ancho y te puede llevar 20 minutos llegar al otro lado. Con las mochilas en alto, el agua les llegaba por la barbilla. A los 15 minutos estaban volviendo.... y como no, las recibimos con una taza de té calentito. Aunque el día era bueno, muy soleado, el agua es gélida sobretodo si no has hecho un buen calentamiento antes de meterte en ella.

Cuando cruzamos llegamos a un camino ancho y bien señalizado... lo seguimos hasta que se hizo de noche y entonces continuamos bajo la luz de la Luna. Pero el tiempo tenía otros planes para nosotros... el cielo se encapotó y se puso a llover. La verdad es que no cambió mucho la cosa a parte de que teníamos que llevar una linterna en la cabeza para poder ver el camino. Mientras andábamos disfrutamos de los "Glow Worms" (que como su nombre indica son gusanos que brillan en la oscuridad) que iluminaban con una tenue luz ambos lados del camino... en la oscuridad parecen estrellas... es realmente alucinante.

Llegamos a Whariwharingi Hut completamente a oscuras. Un hut que debía ser una antigua casa victoriana. Era un edificio muy ingles, bien podría haber sido una casa típica londinense. Tenía 2 pisos, 4 habitaciones separadas y un salón bastante amplio con una chimenea... y lo mejor de todo era el porche desde el cual disfrutamos de la luz de la luna llena que apareció al poco de llegar al refugio.

Al día siguiente se terminaría el Abel Tasman Coast Track y empezaría lo bueno, el Inland Track. El camino que sigue la costa es precioso, sin duda alguna, pero está muy transitado y parece más bien una autovía de peatones... El camino que se mete hacia el interior es mucho más complicado... no existe un camino como tal sino que debes seguir lasclásicas indicaciones en forma de triángulo naranja que hay cada X metros... si no las encuentras estás perdido... y debes volver a la marca anterior y buscar de nuevo.

Cuando llegas a Gibbs Saddle (que debe estar a unos 600 - 700 metros por encima del nivel del mar) puedes disfrutar de unas vistas espectaculares... Al Oeste se puede ver todo Golden Bay y el Farewell Spit y al Este se despliega ante ti toda la bahía de Nelson, Marahau y Motueka... Al Norte el mar y al Sur las montañas... precioso.

Por el monte que recorre el inland track se puede encontrar uno con jabalíes... o con cazadores... no sé qué es peor... Nos encontramos con los ulteriores: Un señor , su hijo pequeño (¡Que cargaba con un rifle más grande que él! Así luego pasa lo que pasa...) y un montón de perros que atacaron con fieros ladridos a Miguel sin que la cosa llegara a ser preocupante puesto que los cazadores no llegaron a abrir fuego. Resulta que habían perdido uno de sus perros y lo estaban buscando....

Sabíamos que detrás de nosotros venía la chica francesa a la que apodamos "cebollín", por algo más que por el parecido con su nombre... Sin duda venía mal preparada para darse un paseo de estas características... El día anterior la tuvimos que dejar una linterna puesto que sabíamos que se haría de noche cuando quisiera llegar al hut... llegó mucho más tarde que nosotros, pero llegó... Esta vez el camino era un poco más complicado... ¿Sabría seguir las marcas naranjas? ¿se perdería? Esas eran preguntas que no llegaríamos a contestar hasta después de un rato.... Además que la chicha tuvo la brillante idea de hacer el camino en nada más y nada menos que sandalias.... en fin...

Cuando llegamos al Awapoto Hut, Miguel fue en su busca por si no llegaba antes del anochecer... Mientras Carlos descansaba su convaleciente tobillo (aún no se encontraba en plena forma despues del salto sobre el Rainbowriver) en compañía de un checo y un eslovaco, Milan y Mihail. Buena gente, y desde luego más preparados que la inconsciente francesa...

Al día siguiente no encontramos a nadie por el camino. El Inland Track apenas está transitado y los huts están menos cuidados. El camino se diluye en la maleza. El paisaje cambiaba poco a poco pasando de bosque de beech a bosques e cabadge trees... muy diferentes. De hecho ha sido el primer bosque de cabadge tree que hemos visitado. Pensamos pasar la noche en Moa Hut (a 1075 metros de altitud, había un poquito de nieve en las zonas de sombra), pero cuando llegamos nos encontramos con que el hut no existía... era más bien una casucha sin aislar... una... caseta para un perro o dos... En fin, decidimos seguir caminando hasta Castle Rock Hut donde nos quedamos un par de noches de luna llena... estábamos solos, completamente solos... sin turistas, ni cazadores, ni trampers ni nada... solo un curioso possum que nos visitaba todas las noches y una cabra que balaba de vez en cuando por los alrededores. Allí cumplimos 3 meses en New Zealand, ¡cómo pasa el tiempo!

Nos estaba haciendo un tiempo fantástico durante el día, solo lloviendo por las noches. Como siempre vestíamos pantalón corto durante el día... y saco de dormir por la noche. Esta vez íbamos armados con unos libros para matar las horas al caliente sol neozelandés... qué gustazo...

La mañana del octavo día comenzamos el descenso. Debíamos bajar más de 1000 metros y seguir la costa hasta Marahau. Fué un paseo hermoso, fácil y con muchísimas vistas de quitar el hipo. La vegetación cambiaba en cada recodo del camino a medida que atravesábamos interminables capas de vegetación.

Llegamos a Marahau pasada la hora de comer. Mochila en maño, de camino al coche, hicimos una parada en una galería de arte al aire libre donde un artista local esculpe enormes troncos de madera con leyendas y personajes de la mitología maori. Pronto llegamos al coche y pudimos poner un poco de musiquilla... ¡¡por fin!! Así a ritmo de James Brown llegamos a Motueka donde disfrutamos del ritual de bienvenida a la civilización: una compra, una ducha, ropa limpia y una copiosa cena antes de meternos en una cama "de verdad".

Fotos: Estuario, Rocío Congelado, Marcador Naranja en Arbol, Playa, 2 Chicas Intentando Cruzar el Estuario, Cebollín, Carlos y Miguel en Castle Rock Hut, Carlos y la raiz de un Arbol Caido, Miguel en el Bosque de Cabadge Trees, Estuario Marahau, Esculturas en Madera de la Galería 1, 2 y 3

Dia 3: 1 Kilo de Bacon

Un ratón nocturno se ha dedicado a hurgar en las sobras de algún despistado.

Las aguas han vuelto ha anegar el paso a la playa pero esta vez tenemos un camino alternativo y en menos de 15 minutos nos encontramos frente a los kayaks.

Visitamos Pínnacle Island y volvemos a Tonga a despedirnos de las focas. Seguimos por las costa hacia Onetahuti donde nos esperan para intercambiar kayaks por mochilas y botas de montaña. De entre unas piedras aparece un Thar negro como la noche (una cabra muy esquiva) muy difícil de ver y más aún tan cerca del agua.

Llegamos a la playa, nos deshacemos de nuestra “indumentaria marina” y como todavía nos sobra un poquito de tiempo nos ponemos a cocinar; Medio kilo de bacon con arroz y un pimiento verde para tres.

Poco tiempo después una lancha entra derrapando en la playa, es nuestro monitor (por llamarle de alguna forma) que viene a por los kayaks. Nos lanza nuestras mochilas, nos despedimos y nos ponemos rumbo a Awaroa, exactamente al mismo sitio en el que aparecimos el primer día.

Ummm, ¡que ganas de ponerse otra vez a caminar! Es increíble pero si algo te duele cuando te pasas tanto tiempo dentro de un kayak no son los brazos sino las piernas. Dos horas más tarde llegamos nuevamente a Awaroa, ha llovido un poquito y los rayos de sol reflejados en las gotas de agua multiplican la intensidad de los colores del bosque. El aire es fresco y la tarde cálida, llegamos a nuestro destino con la sensación de haber cumplido con nuestro cometido.

Mientras preparamos la cena Celine no para de decirnos lo locos que estamos y lo poco preparada que venía para este viaje, pero que se lo está pasando genial. Nosotros la respondemos al unísono: ¡Nena, esto no ha hecho más que empezar!

El menú para esta noche consta de: Medio kilo de bacon con arroz y un pimiento verde para tres, otra vez...

Sale la luna más llena que nunca iluminando el estuario, las escamas plateadas brillan al saltar y el tintineo del agua al caer inunda el silencio de la noche.

En el porche resguardada de la luna, una australiana nos cuenta historias de estuarios y tiburones...

Fotos: Estuario Marea Baja 1, Carlos, Estuario Marea baja 2, A la Pata Coja, Luna 1, Luna 2, Luna 3, Estuario Marea Alta 1, Estuario Marea Alta 2.


DIA 2 : Vuelta Al Parque

Amanece en Awaroa,

La mañana nos regala un nuevo paisaje; Lo que ayer era un camino por la orilla de la playa ahora se ha convertido en un estuario transitado por Water-Taxis y literalmente incruzable a pata a no ser que esperes a que baje la marea.

¿Y ahora como hacemos para llegar a los kayaks?

Nos sentamos a buscar una solución. Aparecen cuatro inglesas con acentazo de Bristol intentando cruzar pero enseguida vuelven sobre sus propios pasos dando grititos. Manzana en mano y en un tono relajado, las aconsejamos que se mojen un poquito y crucen o perderán su Water-Taxi a casa.

Veinte minutos más tarde un grupo de inglesas resignadas cruza el estuario con el agua por encima de la cintura y las mochilas en la cabeza jurando en arameo.

Veintidós minutos más tarde dos españoles y una francesa toman “prestada” una barquita amarillo limón y cruzan el estuario sin mojarse más que lo tobillos.

Una vez en los kayaks ponemos rumbo de vuelta a la reserva marina.

Pasamos la mañana en Tonga Island viendo como las focas menos perezosas se bajan de las rocas atestadas de cormoranes para acercarse curiosas a saludar. El fondo marino esta lleno de estrellas rosadas.

Comemos unas barritas energéticas en una playita y nos vamos directos en busca de Bark Bay, ésta vez no nos la pasaremos de largo.

Una vez más el hut se encuentra al otro lado del estuario, pero la marea sigue baja...

Fotos: Amanecer 1, Amanecer 2, Estuario Marea Alta 1, Estuario Marea Alta 2, Estuario Marea baja, Se Puede?, Creo que no!, Barco a la Vista, Estuaro 3, Track, España 1-Inglaterra 0.

Abel Tasman : DIA 1: Kayak

Del 6 al 8 de Mayo

¡Carlos son las 06:30 am! (esta vez el discurso varía un poquito; nos levantamos una hora antes...)

Medio zombies a la ducha y luego desayuno de campeones.

Resulta que tenemos una compañera de viaje en esta nueva aventura: Celine, una de las chicas que trabajaba en el Innlet ha decidido dejarlo todo y unirse a la expedición. La pobre no sabe donde se mete...

Llegamos a Marahau punto de partida del Abel Tasman. Allí nos espera el monitor de kayak. Resulta que para poder alquilar por tu propia cuenta y riesgo, necesitas pasar por un pequeño “cursillo” donde evalúan tus habilidades con el remo. Si no lo pasas no te dejan alquilar y te quedas sin viaje.

La imagen es la siguiente: Nueve menos cuarto de la mañana. Miguel y Carlos en bañador y camiseta corta pelaos de frío, a su lado una francesa que no tiene ni papa de inglés y que frunce el ceño como si estuviese intentando descifrar una ecuación matemática complicadísima...

Tras una breve demostración práctica de cómo ponerse el salvavidas y agarrar el remo, saltamos a los kayaks, regulamos los pedales para manejar el timón, nos ajustamos una especie de falda que se engancha al asiento para impedir que entre el agua y nos ponemos a remar...

¡Lo más gracioso de todo es que la clase práctica la hicimos en el parking de la tienda de alquileres! Prueba superada, claro.

Nos llevamos los kayaks en furgoneta al nacimiento del estuario y mientras nosotros nos metemos en el agua por primera vez, el monitor nos dice adiós desde la orilla con un signo de aprobación al grito de “¡Good as gold mates!”.

Uno de nosotros llega a ser manco y el tío ni se entera....

Comienza el viaje y las condiciones metereológicas son inmejorables. Día despejado y las aguas tranquilas. Sopla viento del sur y nosotros vamos rumbo norte, perfecto.

Primera parada Adele Island. Solo llevamos media hora remando y nos topamos con la primera colonia de focas en la cara norte de la isla. Volvemos a la costa y continuamos bordeando. Hemos dejado un poco atrás a Celine, así que hay que esperarla. Por lo visto un monitor que iba con un grupo la ha echado la bronca por ir sola. Lo bueno de Celine es que no tiene que poner cara de “Perdón, soy guiri, no comprendo”, lo lleva escrito en la frente en letras fosforitas... (que no fosforescentes...).

Llega la hora de comer, atracamos en una playa desierta solo para nosotros. Disfrutamos del sonido del mar, el sol en nuestras caras y un buen bocata de pollo con tomate en nuestras manos.

Ahora toca cambio, Carlos con la gabacha y Miguel a la individual. Seguimos por la costa, pasamos unas cuantas islas (las dejamos mejor para mañana) y nos vamos alejando poco a poco.

El agua no solo cambia de color, es como si también cambiase de textura y densidad. Y pensar que bajo nuestra diminuta embarcación Orcas y Ballenas Jorobadas cruzan el estrecho entre las dos islas...

El sol comienza a caer y las olas aparecen de la nada. La sensación de surfear en el Pacífico es entre emocionante y miedosa, ¡no te quieres caer al agua y comprobar lo difícil que es subirse a un kayak a pulso!

Seguimos remando y ni rastro de las señales en la playa, esto empieza a preocupar...

Cruzamos un cabo y nada, Seguimos remando, otro cabo, nada. En tierra somos unos hachas encontrando señales pero en el agua todavía estamos un poco “pez” y el mapa nos sirve de poco.

A lo lejos una gran señal ¿Será la nuestra?

Nos acercamos al gran triángulo, en él se puede ver escrito: “Marine Reserve” y una cruz apuntando al Sur. Extraño, muy extraño.

¿Dónde estamos?

Son casi las cinco de la tarde, el sol poco a poco se va ocultando. Llevamos siete horas remando...

Ya no podemos volver atrás a si que tenemos que seguimos remando y encontrar una playa para atracar y en el peor de los casos dormir al raso.

Cruzamos un último cabo y frente a nosotros una playa de aguas mansas color turquesa.

¡Estamos en Awaroa!

El plan era llegar a Bark Bay el primer día y continuar subiendo los dos siguientes hasta Onetahuti. Nosotros nos hemos salido de los límites del parque en poco más de siete horas....

¡Vamos tres días por delante de lo planeado!

Una sensación de alivio inunda nuestros cuerpos al tocar tierra y en nuestras caras se dibuja un sonrisa en forma de media luna. Escondemos los kayacks, nos ponemos ropa seca y provisiones en mano ponemos rumbo al hut más cercano.

Ya es de noche y llevamos una hora caminando. Cruzamos un estuario,, el olor a madera quemada y el parpadeo de una luz indican que hemos llegado a nuestro destino.

Un metros por detrás nuestro alguien da gracias al cielo en francés.

Fotos: Playa, Carlos y Celine, Miguel y la isla de Tonga, Kayaks, Mar de Nelson, Tres en el Agua, Donde estamos?, Awaroa!,Playa 2, Mapa del Abel Tasman.

The Innlet

1-4 de Mayo

Hay ciertas experiencias en la vida que te hacen tomar decisiones irrevocables. No estábamos dispuestos a irnos de camping con aquella ebria señora y con su desdentada amiga por muy hospitalarias que fueran... ¡ni por todo el dinero del mundo!

Ciertamente fue divertido, aún así sentimos el incontenible impulso de salir disparados a la mañana siguiente en dirección al Norte. Cuando salimos nos abordaron unos chavales que querían trasporte en la dirección que nosotros íbamos a tomar. Se trataba de un escoces y dos alemanas bastante jovencitos con los que pasaríamos el resto del día.

Teníamos la intención de hospedarnos en un Backpackers llamado "The Innlet". Teníamos la sospecha de que era perfecto para pasar unos días al margen del resto del mundo. No nos falló la intuición y dimos en el clavo. Es un sitio precioso en mitad de ningún sitio en concreto... se encuentra de camino al punto más al norte de la Isla Sur de Nueva Zelanda, Cape Farewell, al norte de Collingwood. Los baños (de compost) de uso diario están en una caseta de madera a unos 300m del edificio principal, es muy gracioso. Por el jardín corre un arrollo que aloja a una anguila que cuenta con más de 100 años. Las anguilas son unos animales increíbles, sin duda. Encima del rio tienen colgada una enorme red en la que pueden suspenderse una buena cantidad de personas, relajarse y ver correr el agua bajo sus nalgas. Por la noche puedes salir a unas viejas bañeras y relajarte en mitad del monte con un baño de agua caliente a la luz de las velas.

Por cierto, tiene una huerta bastante grande y todos los días hay bandejas y bandejas de fruta gratis...

El mismo día que llegamos hicimos una excursión al Farewell Spit. Se trata de un brazo de arena de 26km de largo y 800m de ancho. Las ballenas suelen quedar varadas allí, sin saberse muy bien por qué. Cuando estás en él tienes la impresión de estar en el desierto más inhospito del mundo... Atrapado entre aguas de color turquesa y azul oscuro. Las aves plagan las aguas que acarician la fina arena, es un espectáculoincreíble de contemplar.

A la mañana siguiente, después de disfrutar de un copioso desayuno en las amplias y soleadas terrazas del Innlet nos fuimos a Wharariki Beach, una preciosa playa al Este de donde nos encontramos. Allí hemos podido disfrutar de una de la experiencias más bonitas e intensas que hayamos vivido jamás.

Cuando la marea está baja se forman unas piscinas naturales de agua de mar. Son una guardería para los bebés de las focas... Sus familias se van a pescar alOcéano mientras las focas bebé juegan incesantemente, a salvo, en las piscinas.... Si, nos metimos con ellas... Las tocamos, nos tocaron...

Tuvimos que volver todas las mañanas a partir de entonces para disfrutar de su dulce compañía... No os lo podéis creer... Un sueño hecho realidad.

Un día al volver al Innlet tuvimos el placer de poder disfrutar de una improvisada cena de ensueño... Uno de los huéspedes se había pasado toda la mañana recogiendo almejas de la playa... cubos y cubos de almejas... a ello se le sumaron unas ostras recién cogidas... ¡Madremía! ¡Cómo nos pusimos!... Y todo completamente gratis... solo hay que acercarse a la playa y sacar dos docenas de ostras...

Sin duda hemos pasado unos días increíbles allí. Hoy estamos en la biblioteca de Motueka y en cuanto terminemos con el blog nos iremos a preparar nuestro próximo "tramp" en el Abel Tasman National Park.

Fotos: Miguel y Carlos en las Dunas, Carlos en las Dunas, Carlos Caminando, Dunas, Miguel Caminando con Cuidado por las Dunas, Miguel y las Pequeñas Focas, Foca corriendo al Agua, Foca mirando al Infinito, Qué gustito rebozarse en la Arena, Siiiiiiiii, Primer Plano, Cape Farewell, Farewell Spit en la Distacia, Corre que yo vigilo, ¡¡¡Todas al Agua!!! Mapa de Localización del Farewll Spit, 2 Macacos Descansando en la Arena, ¡¡¡Más y Más Focas!!!, Anguilas