Abel Tasman : DIA 1: Kayak

Del 6 al 8 de Mayo

¡Carlos son las 06:30 am! (esta vez el discurso varía un poquito; nos levantamos una hora antes...)

Medio zombies a la ducha y luego desayuno de campeones.

Resulta que tenemos una compañera de viaje en esta nueva aventura: Celine, una de las chicas que trabajaba en el Innlet ha decidido dejarlo todo y unirse a la expedición. La pobre no sabe donde se mete...

Llegamos a Marahau punto de partida del Abel Tasman. Allí nos espera el monitor de kayak. Resulta que para poder alquilar por tu propia cuenta y riesgo, necesitas pasar por un pequeño “cursillo” donde evalúan tus habilidades con el remo. Si no lo pasas no te dejan alquilar y te quedas sin viaje.

La imagen es la siguiente: Nueve menos cuarto de la mañana. Miguel y Carlos en bañador y camiseta corta pelaos de frío, a su lado una francesa que no tiene ni papa de inglés y que frunce el ceño como si estuviese intentando descifrar una ecuación matemática complicadísima...

Tras una breve demostración práctica de cómo ponerse el salvavidas y agarrar el remo, saltamos a los kayaks, regulamos los pedales para manejar el timón, nos ajustamos una especie de falda que se engancha al asiento para impedir que entre el agua y nos ponemos a remar...

¡Lo más gracioso de todo es que la clase práctica la hicimos en el parking de la tienda de alquileres! Prueba superada, claro.

Nos llevamos los kayaks en furgoneta al nacimiento del estuario y mientras nosotros nos metemos en el agua por primera vez, el monitor nos dice adiós desde la orilla con un signo de aprobación al grito de “¡Good as gold mates!”.

Uno de nosotros llega a ser manco y el tío ni se entera....

Comienza el viaje y las condiciones metereológicas son inmejorables. Día despejado y las aguas tranquilas. Sopla viento del sur y nosotros vamos rumbo norte, perfecto.

Primera parada Adele Island. Solo llevamos media hora remando y nos topamos con la primera colonia de focas en la cara norte de la isla. Volvemos a la costa y continuamos bordeando. Hemos dejado un poco atrás a Celine, así que hay que esperarla. Por lo visto un monitor que iba con un grupo la ha echado la bronca por ir sola. Lo bueno de Celine es que no tiene que poner cara de “Perdón, soy guiri, no comprendo”, lo lleva escrito en la frente en letras fosforitas... (que no fosforescentes...).

Llega la hora de comer, atracamos en una playa desierta solo para nosotros. Disfrutamos del sonido del mar, el sol en nuestras caras y un buen bocata de pollo con tomate en nuestras manos.

Ahora toca cambio, Carlos con la gabacha y Miguel a la individual. Seguimos por la costa, pasamos unas cuantas islas (las dejamos mejor para mañana) y nos vamos alejando poco a poco.

El agua no solo cambia de color, es como si también cambiase de textura y densidad. Y pensar que bajo nuestra diminuta embarcación Orcas y Ballenas Jorobadas cruzan el estrecho entre las dos islas...

El sol comienza a caer y las olas aparecen de la nada. La sensación de surfear en el Pacífico es entre emocionante y miedosa, ¡no te quieres caer al agua y comprobar lo difícil que es subirse a un kayak a pulso!

Seguimos remando y ni rastro de las señales en la playa, esto empieza a preocupar...

Cruzamos un cabo y nada, Seguimos remando, otro cabo, nada. En tierra somos unos hachas encontrando señales pero en el agua todavía estamos un poco “pez” y el mapa nos sirve de poco.

A lo lejos una gran señal ¿Será la nuestra?

Nos acercamos al gran triángulo, en él se puede ver escrito: “Marine Reserve” y una cruz apuntando al Sur. Extraño, muy extraño.

¿Dónde estamos?

Son casi las cinco de la tarde, el sol poco a poco se va ocultando. Llevamos siete horas remando...

Ya no podemos volver atrás a si que tenemos que seguimos remando y encontrar una playa para atracar y en el peor de los casos dormir al raso.

Cruzamos un último cabo y frente a nosotros una playa de aguas mansas color turquesa.

¡Estamos en Awaroa!

El plan era llegar a Bark Bay el primer día y continuar subiendo los dos siguientes hasta Onetahuti. Nosotros nos hemos salido de los límites del parque en poco más de siete horas....

¡Vamos tres días por delante de lo planeado!

Una sensación de alivio inunda nuestros cuerpos al tocar tierra y en nuestras caras se dibuja un sonrisa en forma de media luna. Escondemos los kayacks, nos ponemos ropa seca y provisiones en mano ponemos rumbo al hut más cercano.

Ya es de noche y llevamos una hora caminando. Cruzamos un estuario,, el olor a madera quemada y el parpadeo de una luz indican que hemos llegado a nuestro destino.

Un metros por detrás nuestro alguien da gracias al cielo en francés.

Fotos: Playa, Carlos y Celine, Miguel y la isla de Tonga, Kayaks, Mar de Nelson, Tres en el Agua, Donde estamos?, Awaroa!,Playa 2, Mapa del Abel Tasman.

No hay comentarios:

Publicar un comentario