No se si recordaréis a Carmel de las primeras entradas, en concreto de cuando hicimos el Kepler track. Si no, no pasa nada, os refrescamos brevemente la memoria. En aquel entonces conocimos a dos hermanos israelíes (Carmel y Eliav) con los que entablamos una muy estrecha amistad. Bueno, pues Carmel llevaba unos días mandándonos mensajes al movil. Acababa de volver de Australia y quería vernos. Conseguimos, por fin, quedar con ella en Queenstown la noche antes de irnos. Nos quedaríamos cortos si dijéramos que adoramos a esa mujer, ciertamente es un angel. Pasamos un rato con ella tomando un helado y unas cervezas. El tiempo pasó volando y antes de lo esperado tuvimos que despedirnos para seguir cada uno su camino. Una frase se quedó suspendida en el aire tras la partida, "nos volveremos a ver".
A la mañana siguiente recogimos nuestros bártulos, los metimos en el maletero y emprendimos la marcha al Sur. Condujimos todo el día por las bellas, estrechas y serpenteantes carreteras del sur de Otago y de Southland hasta llegar hasta Invercargill donde nos hospedamos en una preciosa casa victoriana. Antes del anochecer dimos un paseo por el parque de la ciudad. Nos sorprendió muy gratamente descubrir un pequeño y solitario zoológico que albergaba una gran variedad de extraños pájaros y animales. Sin duda alguna es un parque muy cuidado con rosaledas, invernaderos, laguitos, muchos patos e incluso un jardín japonés.
El lunes atravesamos las Catlins, en la esquina sureste de la isla. Se trata de una zona muy poco poblada con densos y preciosos bosques templados que dan cobijo a multitu de especies en peligro de extinción. Fue uno de los últimos sitios donde se pudieron cazar Moas. La zona fue visitada por los europeos en 1770 por el Capitán Cook.
La primera parada la hicimos en Waipapa Point, conocido por ser el lugar donde tuvo lugar el pero naufragio civil del país. En 1881murieron 131 personas durante el naufragio del S.S.Tararua (¿os suena de algo el nombre?). Allí comenzaron nuestros ya habituales contactos con los leones marinos. Los leones marinos de Nueva Zelanda (pakake) antaño poblaban en grandes números la costa de toda la isla, pero fueron llevados al borde de la extinción con la llegada de los europeos hasta el punto de desaparecer del país hace casi 200 años. Sobrevivieron en poblaciones muy pequeñas en algunas islas subantárticas A raiz de las recientes leyes que los protegen, poco a poco se recuperaron las poblaciones y actualmente están volviendo a las playas de Nueva Zelanda. Son la especie de león marino más extraña del planeta, encontrándose únicamente en Nueva Zelanda y an algunas islas subantarticas.
Curio Bay fue nuestra sigiente parada. Allí se encuentra un bosque petrificado de hace 180 millones de años. Hay restos arbóreos de Gondwana, muy parecidos a los que se encuentran en otrs bosques petrificados de Sudamérica. Yacen troncos de piedra por doquier, solidificados para la eternidad debido a una erupción volcánica que tuvo lugar antes incluso de que existieran las flores.
Contemplábamos fósiles de hojas, tallos y raices de otro tiempo donde rompen las olas... y de repente unos extraños movimientos llamaron nuestra atención... "¿Qué demonios es eso?". A pocos metros salía un pingüino de la maleza y otro del mar, no nos podíamos creer que pudiéramos estar disfrutando de ese espectaculo natural a tan poca distancia.
Pasamos por Slope Point, el punto más al sur de la Isla Sur antes de parar en Canibal Bay, que recibe su nombre por los restos humanos con evidencias de canibalismo que se encontraron allí. Mientras paseábamos por la playa nos sorprendió un enorme león marino a pocos metros. De lejos parecía un enorme tronco o una piedra y no fue hasta que lo tuvimos a nuestro lado y se empezó a mover cuando nos dimos cuenta de lo que era.
Curiosamente nos encontramos con una pareja de compatriotas vascos cuando paramos a ver pinguinos en Nugget Point. Pudimos ver como salían del agua en dirección a sus nidos. Cómo se limpiaban las plumas y les daban esa capita de aceite tan necesaria para mantenerlas impermeables. Torpes pero decididos. Inefensos, cautos pero orgullosos, simpre sacando pecho y con la cabeza bien alta. Qué criaturas más graciosas...
El viaje por las Catlins estuvo pasado por agua, pero fue tan alucinante que no nos importo en absoluto. No dejó de llover en todo el día, divina lluvia.
Llegamos a Dunedin de noche tras un día agotador. Nos dirijimos sin pensarlo al backpackers donde nos alojamos la última vez que estuvimos allí. Si recordáis fue aquel hostal donde había un fantasma... o eso dicen. Es gracioso cómo llevan el registro de los avistamientos y fenómenos extraños que ocurren en la casa. El sitio es viejo y lo conservan así deliberadamente
Cómo no, el recibimiento fue un tanto extraño. Nos abrió la puerta un señor bajito de pelo blanco y gafas, vestido con unos baqueros viejos y una camiseta de manga larga a rayas como la de freddy kruger. Hacía mucho frio y el lugar estaba en el más absoluto silencio. Aquel extraño personaje nos dijo que era la primera noche que abrían y el lugar estaba desierto. A continuación bromeó con nosotros diciendo que él era el fantasma... no tuvo mucha gracia, la verdad. Menos aún cuando subimos las chirriantes escaleras y nos enseñó la habitación.
Entrabas en una antesala con dos amplios lavabos con grifos de cuello de cisne que se abrían y cerraban con palancas en vez de roscas. Encima de los lavabos había dos ventanas desde donde se podían ver las dos camas donde íbamos a dormir aquella noche... Al fondo, una ventana tapiada con ladrillos presidía la habitación adornada con siniestros dibujos hechos por niños que ya no debían estar vivos si quiera...
Cuando nos dejó aquel misterioso hombre exploramos extrañados la habitación. Desde las camas se veía una ventana que no vimos cuando entramos. La ventana no daba al exterior sino al interior del edificio, tapada con una cortina desde el otro lado... No sabiamos si ibamos a poder pegar ojo esa noche... Comentamos inocentemente: "esta habitación parece un quirófano".
Cuando esa noche bajamos a la cocina a preparar algo de cena, reparamos en un pequeño plano colgado en la pared. Parecía ser de la casa. En efecto lo era, un plano de finales del XIX pero en aquel entonces no era un backpackers sino un hopital. Un hospital donde acudía la gente pudiente a curar o en su defecto, a ocultar sus enfermedades.
Fotos: Corre que te pillo, Willbur, Galah, Periquitos, Pájaro Samurai,Wallaby, Kakas, Red Deer, Bosque Petrificado 1-8, León Marino 1-3, Waipapa Point, Backpackers Dunedin 1-5.
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