El día comienza con una lluvia de dimensiones bíblicas pero eso no impide nuestra visita al segundo glaciar del lugar, además esta vez, como protección nos acompañan los hijos David, si es que eso sirve de algo...
El Glaciar recibe su nombre en honor al emperador austriaco y es considerado patrimonio de la humanidad. Su nombre Maorí es Ka Roimata o Hinehukatere (O las lágrimas de Hinehukatere). En Español sería el Paco Pepe, que si lo pronuncias cambiando la acentuación suena a Maorí, probadlo.
Debido a la lluvia el lugar está vacio, perfecto!
Cruzamos un par de ríos helados de agua color cemento en la que miguelito mete la pezuña por hacer el cabra para llegar a las faldas del mastodonte de hielo. No para de llover y los trozos de glaciar caen con sonoro estruendo.
Nos cruzamos con un par de expediciones que han pagado un pastizal para hacer la visita de rigor y gracias a ellos descubrimos un paso entre la maleza que nos evita cruzar la riada de vuelta a los coches. Es lo que tiene ir con los lugareños, se conocen todos lo atajos.
Esa noche tras otra gran cena Carlos y Miguel tiene un face to face con un ladrón nocturno.
Un possum dos veces el tamaño de mi gato Eko irrumpe en la noche y silencioso como un indio navajo se acerca al plato de arroz sobrante y sin cortarse un pelo se pone ha hacer bolitas de arroz como los japoneses y a engullirlas a velocidad de dibujo manga.
Curiosamente dos japonesas que salen al porche se llevan el susto de su vida y se meten dando grititos y a pasos entrecortados en su cuarto. Carlos y Yo nos quedamos con el possum pinchándole un poquito a ver si es tan atrevido como aparenta....
Entre risas y fotos con el compañero peludo nos vamos a la cama, mañana vuelta ala montaña.
Yeah!
Fotos: Glaciar, Miguel, Miguel y Eliav, Map, Possum Ladrón, Possum, Bajo la atenta mirada de Carlos, In Franganti, Huida.

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