Azufre y Orcas

Del 23 de Junio al 25.

Amanece en Auckland.

En una habitación color melocotón Epi y Blas se desperezan bajo un edredón a rayas.¡Nada como dormir en una cama mullidita para empezar bien el día!

La hospitalidad de nuestros amigos kiwis nos hace sentir casi como en casa pero eso no frena nuestra condición de nómadas ansiosos de conocimiento.¡Glynn nos vemos en unos días!

En poco más de hora y media nos encontramos en las afueras de Hamilton. Haces una paradita en un garaje para cambiar las ruedas delanteras del “yakuza”, están tan planas que se podría amasar pan en ellas. Para que os hagáis una idea, en la rueda derecha ya asoma el cablecito de acero.

En menos de quince minutos un “ peazo animal” con las manos más grandes que un manojo de plátanos, levanta el coche casi a pulso y nos pone una ruedas seminuevas. (aquí todo se recicla y nosotros no vamos a ser menos...)

De manera compulsiva visitamos las tiendas de música de la zona y salimos “escopetaos” de la ciudad. Lo de las tiendas de música se ha convertido en un ritual tan preocupante como lo de Oswald y El Guardián entre el Centeno. Que se le va hacer, nadie es perfecto...

Rodeada de lagos y sobre suelo sometido a alta actividad geotérmica se encuentra la ciudad de Rotorua en el centro-norte de la isla, considerada uno de los núcleos urbanos con mayor herencia Maori. Nuestro destino para los próximos dos días.

La ciudad está cortada por el mismo patrón que todas las demás, calles en paralelo y perpendicular divididas por una avenida principal donde confluye toda la actividad comercial. La ciudad no está mal, pero el olor a azufre te peina “patrás” como al conde Lequio, ¡Qué pestuzo!

Tras la visita de rigor a las tiendas de música nos vamos en busca de alojamiento.


Al día siguiente visitamos el bosque de Whakarewarewa, un experimento botánico del siglo XIX que tenía por finalidad descubrir que especies de árboles podían aclimatarse a las condiciones tan específicas del terreno volcánico. El resultado fue un enorme bosque de Secuoyas. Por cierto, la primera licenciada en forestales del mundo fue una neocelandesa.(seguro que a los de la metrópoli les fastidió un rato...).

El día es claro, incluso caluroso pero bajo éstos enormes árboles rectos como columnas góticas la luz apenas se filtra. Es como estar caminando por el interior de una catedral de madera. La mañana huele a incienso fresco.

Al terminar la ruta de tres horas por el bosque ponemos rumbo a los lagos. Primero el Lago Azul, pero no encontramos a Brooke Shield (casi mejor porque tengo entendido que se ha transformado en una especie de caballo percherón con papada a lo Jabba the Hutt). Luego vino el Lago Verde, donde paramos a comer y disfrutar del sol en nuestras espaldas y de una maravillosa vista del lago y por último el Lago Rotorua. De allí directos a preparar la cena, hoy toca arroz con mejillones verdes.

Tras el desayuno decidimos poner Rumbo a Raglan, un pueblecito surfero al sur de Auckland. El cielo está encapotado y ayer heló, el coche esta envuelto un manto cristalino.

Ya en Raglan paramos en el backpakers junto a un campo de fútbol que hace las veces de pista de aterrizaje. Iain un surfero Irlandés nos enseña las playas de la zona, las mareas y las corrientes para poder coger las mejores olas, pero pronto le cortamos el rollo al explicarle que lo nuestro es la montaña.

Mientras hablamos con Iain, no puedo evitar fijar la mirada en una fotografía que tiene a sus espaldas: Un grupo de surferos cogiendo olas junto a una Orca de unos cinco metros de largo.

Por lo visto las orcas aparecen en la costa unas cinco veces al año en busca de las rayas que se esconden en las orillas de las playas. Parece ser que los surferos del lugar dicen que son inofensivas y que puedes nadar entre ellas sin miedo alguno. Me parece a mi que tanta agua salada les ha secado un poquito el celebro...

Esa misma tarde paseamos por la playa pero no hubo suerte. Al menos ya sabemos porque a esta zona la llaman Bahía Ballena.

Fotos: Raglan, Green Lake 1 2 y 3, Whakarewarewa 1-9

1 comentario:

  1. Carlos me encanta tu Blog.
    Estoy muy cerca y todavia no ido a NZ.
    Ahora vamos de vacaciones a Portugal y estaremos de vuelta en finales de Agosto. Cuando pases en Sydney llama-me para que nos veamos. Pide mi telefono a António

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