Más Lejos No se Puede...

19 de junio

La paliza ayer fue muy seria pero son las nueve de la mañana y ya estamos sentados en la mesa de la cocina dispuestos a plantar cara a nuestro mastodóntico desayuno. El menú consta de: 2 huevos revueltos con pan blanco, 1 tostada con mermelada de fresa, 1 kiwi, 1 tazón de cereales, 1 yogur de chocolate, 1 taza de té verde.

Mientras Carlos se fuma un pitillo para hacer la digestión, dos gordas americanas discuten en el programa de turno sobre la mejor forma de perder peso sin renunciar a los placeres de la dieta americana. Y mientras nosotros buscando la mejor forma de ganar peso para convertirlo luego en músculo, ¡Que injusta es la vida para algunos!

(Esto me recuerda al atracón que se dio cierto tío mío en un viaje familiar a base de brownies tamaño XL.Poco más y le da un paro estomacal, el pobre estuvo fuera de juego durante casi dos días. Mejor no cito nombres por si las moscas...)

Con las energías renovadas ponemos rumbo al norte, hoy toca el Coromandel Costal Walk Way, un paseillo de tres horas por la mismísima punta de la península. Apenas son 100 km pero tardamos más de tres horas y media en llegar a nuestro destino.

Aparcamos el coche y le preguntamos al DOC sobre tiempos y estado del terreno. El hombre es clavadito a Clint Eastwood solo que sin los dientes de arriba y con las botas de agua en vez de las de piel de serpiente. Nos intenta endosar unos Kayaks roñosos decolorados por el sol, pero le esquivamos la jugada diciéndole que lo nuestro es patear.

¡Ahí te quedas mascando encía Clint!

Una vez más el día es claro y a lo lejos podemos ver la Great Barrier Island, igual hay que hacerla una visitilla...

Cruzamos un par de granjas privadas y nos dedicamos a ahuyentar a las vacas que se cruzan en nuestro camino. No os podéis imaginar lo divertido que es ver como se les salen los ojos de las cuencas a lo John Candy, eso sí, como nos pille el granjero la vamos a tener buena...

Aquí en el otro lado del mundo la inclinación del sol es asesina aún en invierno. ¡Como pega! Así que manzanita en lo alto y de vuelta al coche.

Hacemos noche en un backpackers de Coromandel, hace un frío pelón y estos kiwis todavía no han descubierto lo que es el ladrillo, pero eso sí, lo techos de Uralita les vuelven locos. ¡Que friiiiííooo!

Apuntito están de saltárseme los empastes de la muelas:¡Nos quieren cobrar las sábanas y la ducha va con taxímetro!

La cara que se nos puso lo tuvo que decir todo porque el conserje nos acabó invitando a la primera ronda de duchas como si se tratase de un barman en ub bareto de mala muerte.

Para combatir el frío no se nos ocurrió otra más que ponernos como locos con las flexiones y abdominales hasta el punto de que a mí se me salió el liquido sinovial de la muñeca izquierda.

Calientitos por el ejercico y el cabreo nos vamos a la cama, mañana será otro día.

Fotos: Coromandel 1 al 6, Apuntando al Norte.

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