Valle de Kauarenga

17 de Junio

Son las ocho de la mañana y Carlos y Miguel ya se están metiendo el atracón de turno mientras los franceses se dedican a poner en orden su equipaje.

Poco después ponemos rumbo al Kauarenga Valley Kauri Trail en el corazón de la Península de Coromandel. Misión: Coronar el Pico Pínacle.

Una vez más el paisaje es sobrecogedor; Resulta que en su origen la Península de Coromandel era una cadena de volcanes en continua erupción y las montañas a las que nos dirigimos hoy son producto de las grandes presiones a las que se vio sometida la roca en el interior de los volcanes.

Con la motivación de una nueva conquista nos ponemos en marcha casi sin bajar del coche. A los diez minutos ya no hay rastro de los franceses, nos hemos convertido en unos animales sedientos de montaña.

La primera etapa del día es un ascenso continuo montaña arriba por un antiguo camino de leñadores de principios de siglo. Tiempo estimado de llegada cinco horas y media. Nosotros lo hicimos en poco más de tres horas.

Nada mas llegar al refugio, (que por cierto, es el más grande de todo Nueva Zelanda) dejamos las mochilas y manzana en mano nos vamos directos al Pico Pinacle. El día es claro y las vistas desde la cima deben ser de impresión.

Hacemos una paradita a medio camino y vemos la ruinas de una vieja presa de madera usada para anegar el camino y deslizar los troncos colina abajo. Menudos arquitectos estos kiwis, igualito que los romanos vamos.

Una hora más tarde llegamos a la cumbre del Pinacle. Desde lo alto se puede observar con detalle como los cráteres se han ido transformando en densos valles poblados de Kauri. El Kauri es uno de los árboles más anchos pudiendo llegar a medir más de 35 metros de diámetro en su base. En el siglo XIX unos exploradores ingleses registraron el árbol más ancho del planeta, un Kauri de más de 500 años. Poco después un rayo lo redujo a cenizas.

Aún hoy se puede observar como la explotación del bosque diezmo la población de estos majestuosos árboles únicos en el mundo allá por los años 30, pero ahora gracias a un intenso programa de repoblación parece que el bosque vuelve a cobrar vida.

Sentados en la cima disfrutando de un buen bocata a la española (aquí el término “Bocata” les debe sonar a insulto en Maorí porque no pasan del sándwich de jamón y queso... ) vemos como a lo lejos se aproximan dos puntos negros. Son los franceses.

Para cuando llegan nosotros ya estamos bajando. ¡Os vemos abajo!

Esa noche ante la atónita mirada de dos gabachos exhaustos, Carlos y Miguel hacen sus flexiones y abdominales diarias y se van a dormir junto al fuego, mientras los demás se pelan de frío en el cuarto de las colchonetas. Aficionados...

Fotos: Monolito, Carlos Alobeznado, Paisaje 1 al 2, En el tronco, Paisaje 3 al 5, Presa, Paisaje 6, Hielo, Pico Pinacle 1 al 2, miguel y el viento 1 al 3.

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