Un Volcán en la Mente (67km)

6 y 7 de Julio

Nos levantamos a las 7:00 a.m. como todos los días que estuvimos durmiendo en Wellington. El aparcamiento supone un problema en esta ciudad... te cobran unos 4 dolares por cada hora que esás estacionado en la calle... es mucho dinero y procuramos no pagarlo, obviamente. Nos dimos una última vuelta por la ciudad antes de irnos, nos compramos unosjack´s, nos tmamos un café y visitamos un par de tiendas.

Cogimos el coche en dirección nor-oeste hacia la ciudad de New Plymouth. Salimos de Wellington siguiendo la carretera por la costa, una carretera preciosa con un altísimo índice de accidentes puesto que la gente se queda mirando el mar, las rocas y las islas (Mana Island yKapiti Island) que vas pasando. Atravesamos Wanganui, un pueblo precioso con un río que dicen que merece la pena hacer en kayak. Estuvimos tentados a parar pero nuestro destino era mucho más espectacular. Además teníamos muchas ganas de subirnos al monte y ponernos a caminar.

No tomamos conciencia de dónde íbamos hasta que entre las nubes vimos el Taranaki (Mt. Egmont)... Confusos por las impresionantes dimensiones del volcán, no adivinábamos donde terminaban las nubes y empezaba la montaña. Sip, Taranaki es el Monte del Destino, todos aquellos que hayan leido el Señor de los Anillos sabrán que fue donde Frodo tiró el Anillo al final de la historia... allá en el corazón de Mordor. El Taranai está nevado, asciende hasta los 2518 metros de altitud desde el nivel del mar. Allí también se rodó el Último Samurai por su parecido con el MonteFuji, en Japón. Se trata de un volcán que aún hoy está activo. El caitán Cook lo llamó Mt. Egmont en nombre de uno de sus sub-alternos, el volcán le permitió darse cuenta de que el hoy llamado Estrecho de Cook era efectívamente un estrecho.

Por fin llegamos a New Plymouth, una ciudad de unos 45.000 habitantes. Bonita y agradable. Fuimos al info-site de turno y visitamos la playa para ver el atardecer. Fuimos a la compra y nos hospedamos en un backpackers muy cómodo, un edificio de 1920.

A la mañana siguiente ya teníamos todo preparado para andar durante 5 días por el Taranaki. Nos subimos al centro de visitantes del volcán (donde empezaba nuestro camino), dejamos constancia de nuestras intenciones en elDOC (que a estas alturas ya debéis saber de sobra lo que significa) y comenzamos a caminar. Allí nos advirtieron que estaríamos solos en la montaña, que no había nadie en esta época del año.

Aquel día nos hizo sol, nos llovió, nos nevó, granizó y nos hizo una niebla que se podía cortar con un cuchillo... El tiempo en elTaranaki es muy variable y cambia radicalmente en pocos minutos y sin aviso previo.

El primer tramo fue un ascenso continuo por el bosque, el camino estaba claro y definido, bien indicado. Cuando llegamos al nivel en el que la nieve hacía acto de presencia el track se empezó a complicar. La densa vegetación desaparece dando paso a pequeños "redtussoc " y demás flora alpina. Ésta montaña está plagada de enormes caracoles carnívoros, grandes como puños (no es coña, existen), y de plantas venenosas. Las aguas que bajan delTaranaki son de color rojo por la presencia del Kokowai (hierro y magnesio), que los maorís utilizaban para decorar sus esculturas talladas en madera. Ésto le da un aire bastante siniestro al monte.

Pasamos por estrechos caminos al borde de desfiladeros que quitan el hipo. Nos arrastramos por el suelo atravesando zonas derrumbadas del camino, donde los desprendimientos de rocas son más que habituales. Saltamos por enormes piedras y escalamos muros de roca y barro... Vamos, lo habitual. El único reto lo suponía la nieve y el hielo que hacían que nuestro avance fuera más lento de lo normal, debíamos asegurar cada paso si no queríamos caerinevitablemente al vacío. En un punto pasamos por la "Escalera de Jacob", como la peli (lo podéis ver en la foto).

La vegetación volvía a aparecer cuando comenzamos a descender para llegar al primer hut, Holly Hut. Tardamos unas 3 horas y media en llegar, menos de lo esperado. Todo había ido perfectamente y el hut era agradable y calentito. Para variar colgamos nuestra comida, (para que los ratones no se la comieran), y dormimos delante del fuego, encima de las mesas, para estar más calentitos.

Nunca se nos olvida hacer nuestra tabla de ejercicios antes de dormir... la verdad es que es la mejor manera que hemos encontrado hasta ahora para entrar en calor.

Fotos: Playa, Tren, Puesta de Sol, Taranaki, ¿Adonde Lleva?, Carlos 1 y 2, ¡Cuidado!, Carlos 3.

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