Whirinaki (42km)

Del 17 al 20 de Julio

Nuevo día, misma idea.

¿Misión? El bosque de Whirinaki, también llamado el Bosque del Dinosaurio por ser uno de los lugares más remotos del interior de la isla norte donde se pueden encontrar especies características del jurásico y árboles de más de mil años de edad. Los locales dicen que se trata del paraíso de los “abraza-árboles”, una subespecie escurridiza del dominguero de chándal español pero a lo kiwi, algo muy común en éstas lejanas tierras.

Llevamos dos días y tres noches encerrados en Rotorua esperando a que deje de llover y hoy por fin se asoma un tímido sol entre un mar de nubes de tinta china.

Nos adentramos en el bosque, pasamos de largo Minginui (no tentemos a la suerte...) y pocos kilómetros más tarde nos encontramos ajustándonos las botas y preparando el equipo.

Algo se mueve en el inmenso espesor verde y como de la nada aparecen tres perros tintados en sangre, les siguen dos cazadores envueltos en barro. Conversamos durante un rato. Por lo visto es temporada de moras salvajes lo que significa que lo jabalís se vuelven más descuidados y se ponen a tiro.

Por lo visto uno de los cazadores perdió a su perro hace una semana y parece que ha desistido en el intento. Yo le digo que me de detalles, nombre y lugar donde se perdió por si acaso lo encontramos. El cazador muy agradecido nos da todos los detalles mientras desgarra una manga de su camisa y la ata a un árbol a la entrada del camino.

Nos adentramos en el bosque, cruzamos un cañón cargado de agua cristalina y comenzamos a descender. El tamaño de los árboles nos comparable con nada visto hasta el momento, solo comparable al bosque de rimu de Stewart Island (siempre presente en nuestros recuerdos). Los grandes dinosaurios de más de diez siglos de vida: Rimu, Miro, Matai, Totara, Kahikatea, la gran mayoría superan los 20m de altura y los más altos se pierden en una bóveda de ramas multicolor. También encontramos árboles, helechos y arbustos más comunes como Lance Wood (su fibra puede sacarte de un apuro si rompes los cordones de tus botas), Cabbage (parecido a una palmera, ¡pero es un árbol!), Flax (utilizado por los Maorís para sus ornamentos y multitud de utensilios), Manuka (o planta del té según el capitán Cook, utilizada también para aceites), Kohuhu, Toro, Mamaku (el más alto de los helechos pudiendo llegar a los 20m, y os aseguro que son de quitar el hipo...), Wheki y Wheki-ponga (se distingue por que le cuelga una falda de ramas secas) y multutud de especies más que se nos escapan al conocimiento.

Una vez más el tiempo nos sonríe y los rayos de luz más atrevidos traspasan el follaje dotando al bosque de una gama de verdes y marrones indescriptible. Seguimos el río durante unas horas, el camino es muy fácil pero las lluvias han provocado algún que otro desprendimiento.

El río ruge fuerte y poderoso, en ocasiones ensordecedor pero de repente en un remanso de agua conseguimos distinguir un sonido totalmente desconocido hasta el momento, Wiiiho, Wiiiho,Wiiiho...

Como bien denota su nombre se trata de una pareja de Wiho (los nativos no se complicaban mucho con la asignación de nombres) o Blue Duck, un pájaro original de Nueva Zelanda, bastante esquivo y difícil de ver pero que gracias al sonido del agua no ha notado nuestra presencia.

Pasamos un rato observándolos e imitando su sonido hasta el punto de dejarlos totalmente desorientados, ¡Eso si que es un auténtico “pato mareado”!

Apenas cuatro horas y media después llegamos al hut. Dejamos el equipo y nos ponemos a cortar madera, no hay mucha y está húmeda, menos mal que el Beech arde aún húmedo.

Preparamos el fuego y mientras cenamos aparecen dos franceses sorprendidos de encontrarse a con alguien ha estas alturas del año. Por lo visto llevan 25 años viviendo en la zona. Tras la conversación de rigor nos vamos a la cama.

Son las cuatro de la mañana, en el silencio de la noche solo se escucha el corretear de las ratas en busca de restos de comida y de pronto un grito ahogado me despierta súbitamente, eeeééiiiiIIIIIIHHHHHHH!!!!!, eeeééiiiiIIIIIIHHHHHHH!!!!!

Es Carlos, está teniendo una pesadilla y está chillando a grito pelao. Por lo visto (esto me lo contó al día siguiente...) estaba soñando que estaba tumbado en una cueva y veía como un niño se acercaba se reía y se iba, luego venían dos, luego tres, cuatro y así continuamente sin poder hacer nada por evitarlo.

¡Menudo susto que se tuvieron que llevar los dos franceses! ¡Al día siguiente ni se atrevieron a hablar del tema!

Por supuesto, lo que había pasado es que el sonido del traquetear y musitar de las ratas se le había colado en el sueño convirtiéndolo en una angustiosa pesadilla.

Al día siguiente visitamos unas cuevas de arenisca que daban la sensación de que se iban a venir abajo en cualquier momento y tras comprobar que el río se había comido la mitad del camino que supuestamente nos tenía que llevar de vuelta por el interior, decidimos desandar el camino andado y no tentar nuevamente a la suerte. Al menos por hoy...

Esa tarde caminamos casí siete horas sin parar, vimos una Kaka (loro alpino de color rojizo muy similar a la Kia, muy difícil de encontrar en el centro de la isla), un Ruru (Búho), nuevamente a la pareja de Wiho y a dos franceses que habían salido casi dos horas y media antes que nosotros. Eso sí, ¡Ni un solo abraza-árboles en todo el trayecto!

Nos despedimos de este maravilloso bosque milenario y sin más dilación fijamos nuevo rumbo.

Una pena no haber encontrado al pobre perrillo...

Fotos: ¿Donde está el Camino?, Rimu fase de crecimiento 1, Rimu fase de crecimiento 2, Rimu fase de crecimiento 3, Totara, Kahikatea, Wheki, Bosque de Helechos, Rio, Kahikatea, Derrumbamiento, Miro Joven, Wiho 1-2, Cueva, Mapa de Whirinaki.

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